UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO PARA AFRONTAR LA CRISIS
Antonio
José Barcelona Cánovas. Profesor de FOL.
Mayo de 2012
Son muchos los interrogantes que se plantean ante la crisis económica y financiera que nos afecta. De hecho no encontramos respuestas claras para hacer frente a esta realidad. Desde el comienzo de la crisis económica y financiera, nadie ha dado con una solución mágica al problema. Nos enfrentamos a una crisis sistémica que propiciará un cambio radical en nuestras vidas. Es evidente que nuestro modelo económico deberá transformarse para dar respuesta a los altos niveles de desempleo y a las demandas energéticas y ambientales que precisa nuestra sociedad.
Los
cambios en los ciclos económicos suelen durar unos cinco años, pero, este ciclo
de cambio en las condiciones económicas y financieras puede llegar a superar
los quince años. Por eso se plantea un cambio en el modelo productivo de
nuestro país y del resto de países de la Unión Europea.
Según los expertos, la sociedad española y europea no volverá a disfrutar de un
período de crecimiento tan espectacular como en los primeros años del siglo
XXI. Se prevé una elevación sistemática y progresiva de los precios de los
combustibles tradicionales provenientes del crudo y de las materias primas
necesarias que son esenciales para la economía productiva.
Esto
nos lleva a creer que es imprescindible establecer proyectos y medidas que
vayan en la dirección correcta. Se debe proponer un nuevo escenario productivo
en donde, esencialmente, sean protagonistas: las energías renovables, las
tecnologías de la información y la comunicación, la investigación en
nanotecnología, nuevos materiales y robótica. Ello propiciará la creación de
nuevos yacimientos de empleo en estas áreas en los próximos diez años. Nuestro
país puede estar en ese nuevo modelo productivo o quedarse estancado en modelos
anteriores que no ofrecen salida viable.
A
pesar de apostar por un nuevo modelo productivo, se prevé que la tasa de
desempleo de los próximos ocho años en España no estará por debajo del 16% (cuando
salgamos de la situación de decrecimiento económico y de recesión). Esto nos
lleva a pensar que en gran parte de Europa y, en especial, en España va a
sobrar mucha mano de obra. Sobre todo mano de obra no cualificada. Tendremos dos
tipos de población activa ocupada. Por un lado, trabajadores muy cualificados
con salarios altos y empleos estables; y, por otro lado, trabajadores poco
cualificados que tendrán un nivel salarial muy bajo y con mucha precariedad
laboral. Además de contar con un elevado número de parados que tendrán que
vivir de las prestaciones por desempleo y de los subsidios.
Pero
ahora: ¿Qué podemos hacer para preparar el nuevo modelo productivo que nos
saque de la crisis? Todas las medidas que se adopten en el escenario actual
deben estar enfocadas a la inversión productiva. Para eso deben abandonarse las
políticas de austeridad y de recortes. Buscar nuevas fórmulas de generación de
ingresos y establecer un sistema selectivo de inversiones. Esto debe hacerse en
el marco europeo. Estableciéndose un plan de recuperación económica que prime
la inversión en el tejido productivo de ese nuevo modelo que hemos comentado
anteriormente. Actualmente, nuestro país, de forma aislada y modesta, sólo
puede seguir potenciando algunos elementos esenciales que son el muro de
contención ante la crisis: fomento del emprendedurismo en las nuevas
tecnologías y energías alternativas, apoyo a las empresas que exportan e
incentivos a la exportación, transformación del sector turístico y establecer
medidas de incentivo del consumo interno. Es imprescindible una potenciación de
la formación profesional que vaya unida al tejido empresarial y que ofrezca
respuestas concretas y necesarias a la demanda de los nuevos tiempos. No
debemos olvidar que la formación profesional es, y será, un elemento clave para
abastecer de mano de obra cualificada al futuro modelo productivo.
Nos
espera un futuro con grandes dificultades y contratiempos, pero, al mismo
tiempo, pueden convertirse en oportunidades. Debemos estar preparados para
superar con éxito los nuevos retos que se nos avecinan. Todo depende de
nosotros como país y como parte de una nueva Europa. Todo es posible si estamos
convencidos de ello.
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